La limpieza en el baño es una de las tareas imprescindibles en el día a día de los hogares, pero no siempre sabemos acertar con los productos a utilizar. En este artículo queremos repasar los mejores trucos para garantizar una higiene óptima en el baño sin que la durabilidad del equipamiento se resienta.
Agua y jabón: la solución más barata y eficaz
En ocasiones, nos volvemos locos buscando los mejores productos para eliminar la suciedad del baño; pero muchos de los que se comercializan resultan abrasivos para el equipamiento del baño y, a la larga, pueden darnos algún disgusto. Como fabricantes de equipamiento para el baño con una trayectoria de más de sesenta años, en Gala siempre recomendamos optar por la solución de limpieza del baño más barata, sencilla y eficaz: un paño suave con agua y jabón. Con esta fórmula podrás obtener resultados fantásticos en la limpieza del asiento del inodoro, en la porcelana sanitaria (lavabo, bidé, bañera…), en los muebles y en la grifería.
Un trapo seco: el truco de los expertos
La solución de agua jabonosa que, como te hemos comentado, es infalible en la limpieza en el baño, tiene sin embargo un paso posterior muy importante en las griferías. En este caso, para que queden impecables, hay que pasar siempre un paño seco tipo microfibra (o uno que no suelte pelos) justo después de la solución jabonosa. De esta forma, se evita que puedan quedar gotitas secas que darían la impresión de suciedad y, además, se previene la generación de cal.
La mampara: todo lo que tienes que saber
Quizás uno de los elementos más complicados a la hora de limpiar el baño es la mampara. Por eso contar con un modelo como Klevan, de Gala, cuyas puertas correderas incorporan un sistema de fácil extracción para limpieza. Además, el vidrio incorpora un tratamiento antical Easy-Clean, que facilita enormemente la tarea de limpieza.
En la misma línea que las griferías, una recomendación de mantenimiento pasa por dedicar dos minutos a pasar un paño seco tras cada uso de la mampara. De esta forma, se eliminan los posibles restos de gotas o cal que se van acumulando día a día y se verá siempre limpia.
El inodoro: cómo higienizarlo correctamente
Si hay un equipamiento delicado a la hora de limpiar el baño ese es, evidentemente, el inodoro. Por su propio uso, es el que está más expuesto a la suciedad y la proliferación de bacterias, por lo que también su limpieza debe ser exhaustiva para garantizar una higiene correcta en todo momento. Con un cepillo de púas finas o una esponja y la ayuda de un detergente líquido desinfectante, la limpieza del inodoro será impecable. En el caso del interior de la taza, si hay suciedad resistente, se pueden emplear productos de limpieza abrasivos y ayudarse de la escobilla para frotar, pero nunca se debe utilizar la parte metálica del estropajo ni raspadores, pues dañan la superficie de la porcelana y esta podría perder sus cualidades.
Eso sí, como señalamos anteriormente, hay que tener mucho cuidado con el asiento y la tapa del inodoro. Por sus características de fabricación, este elemento requiere de más cuidados que la taza: hay que evitar el uso de lejías, amoniacos, acetatos y productos con bioalcohol, que sí se pueden emplear en el interior del inodoro. A cambio, con un paño con agua y jabón será suficiente para que el asiento quede perfecto.
Finalmente, cada tres meses conviene realizar una limpieza en el baño profunda e incluir la limpieza de la cisterna del inodoro para eliminar posibles malos olores y garantizar una higiene óptima.