Hablamos con Julio Touza Rodríguez, arquitecto, socio fundador y director del Estudio Touza Arquitectos, donde un equipo de más de 40 profesionales desarrollan proyectos de todo tipo de escalas edificatorias y urbanísticas, siendo uno de los estudios que más vivienda social y de protección pública ha hecho en este país.
En relación a los proyectos de rehabilitación que llevan a cabo… ¿Cómo se puede conjugar e integrar armónicamente las líneas históricas con la actualidad arquitectónica?
En este sentido he de decir que siempre hay un punto de dificultad, pero solo un punto que el arquitecto debe saber saltar, atravesar con éxito, porque, en general, no es el arquitecto el que tiene el problema o la dificultad, son las Administraciones Públicas que no siempre entienden correctamente lo que es rehabilitar.
Rehabilitar no es hacer arqueología, rehabilitar es volver a habilitar las cosas, y ello lo que hay que hacer es hacerlas habitables para el mundo en el que vivimos. Eso, a veces, exige intervenciones que, sin que alteren la fisonomía del edificio, sí requieren cambios sustanciales que hagan eficaz el uso y que lo hagan realmente atractivo, novedoso y, por consiguiente, exitoso. Es un punto más difícil, pero, sin duda alguna, posible.
Nosotros hemos rehabilitado, por ejemplo, dos casas palacio en Madrid para que fuesen centros empresariales privados de primer nivel y utilizamos todo tipo de elementos que nos permite la tecnología y la imaginación. Desde aparcamientos robotizados, que son nuevas tecnologías eficientes, el aprovechamiento energético mediante energía solar y geotermia, sin que ello altere la fisonomía del edificio, y, lógicamente, en los baños la reutilización de aguas de desecho que no altera para nada el concepto de casa palacio que queremos mantener.
Cierre los ojos… imagine que se despierta dentro de 100 años (2114)… ¿Cómo se imagina que la Arquitectura haya evolucionado? ¿y las tendencias arquitectónicas en el baño?
La arquitectura evolucionará, seguramente, dando respuesta a cómo evoluciona el hombre. Los modelos de vida, a mí me da la sensación por el camino que llevamos, son modelos que se irán cargando de tecnologías eficientes. Hoy en día existen los modelos de tele-transmisión, los cibernéticos, los encendidos de luces por presencia, los encendidos de elementos tecnológicos, o de los propios electrodomésticos de la vivienda a distancia, todo esto son novedades que las tecnologías han conseguido en los últimos años.
Creo que cada vez más, las viviendas del futuro hablarán con las personas que las habitan y habrá una especie de diálogo. Responderán, seguramente, a la palabra: Las puertas no tendrán cerraduras para abrirse cuando detectan la presencia de la persona, y solo de la persona que habita en la casa y no de otra.
El baño se sofisticará, no tanto en los elementos de uso: seguirá habiendo un lavabo, una ducha y un inodoro, lo que ocurre es que serán distintos. Entraremos al baño y cuando nos miremos en el espejo, éste será un escáner que radiografíe nuestro estado de ánimo y nos diga qué perfume debemos ponernos; o qué maquillaje debemos utilizar; incluso dará instrucciones para que el agua que salga por el grifo esté cargada ya con un sistema de ionización que sea beneficioso para nuestra piel, o tenga una carga de gel adecuada para lo que ese día necesitamos. Es muy probable que la utilización de los sanitarios permita tener un control fisiológico de nuestro estado interno, como si nos hicieran una analítica básica para decirnos: “¡Ojo! Cuídese Usted hoy”.
Es posible que incluso nos digan qué debemos hacer, qué debemos comer, que nos facilite noticias mientras nos aseamos para que sepamos cómo va a ser nuestro día. Será un baño absolutamente distinto en el que nos encontramos con nosotros mismos y con el mundo sin que el mundo se entere de que estamos allí.
Desde 2010 convoca el premio “Proyecto de Curso” en convenio en colaboración con la Universidad Francisco de Vitoria, del cual usted es jurado. ¿Qué le llevó a crear esta apuesta?
Esta apuesta nació del sentimiento de querer devolver a la sociedad parte de lo recibido durante mis años de formación.
¿Qué opina de la preparación de los jóvenes Arquitectos?
En nuestro estudio han trabajado arquitectos de todas las nacionalidades y puedo asegurar que el nivel de formación de un arquitecto español, alemán, estadounidense es muy similar. Un arquitecto necesita práctica y años de experiencia para considerarse un buen arquitecto.
¿Difiere significativamente de sus años de estudiante?
Actualmente, los sistemas informáticos realizan el cálculo y la plasmación final de un trabajo en unos planos con los que realizar el proyecto, pero el arquitecto que no domine el lápiz y el papel, es decir, el arquitecto que no sepa dibujar, difícilmente será un buen arquitecto ni hará buenos proyectos.
Siempre es difícil escoger… pero ¿Cuál es el proyecto del estudio del que diría que se siente más orgulloso?
Me temo que no tengo una respuesta unívoca. Cada proyecto, para mí, es una ilusión y tenemos más de 2.000 proyectos realizados en toda nuestra trayectoria profesional. Son más de 2.000 ilusiones realizadas. Hay ilusiones tremendas. Hay magníficos ejemplos de viviendas sencillas que han salido muy bien. Hubo una época en la que realizaba mucha vivienda unifamiliar en Galicia, en las que, con muy pocos medios, han quedado extraordinarias… Lógicamente, también hemos hecho edificios extraordinarios, como por ejemplo el desarrollo de un gran proyecto turístico integrador de una isla de más de ocho millones de metros cuadrados en Vietnam, con hoteles, viviendas, edificios, ferrocarril propio, etc.
Son macroproyectos que a uno le satisfacen mucho y que no renuncio a ellos pero también alguna casita pequeña, algún edificio de viviendas sociales. No hay un solo proyecto, tengo que reconocer, que signifique más que otros.
Frota una lámpara, sale un genio y puede pedir un deseo… ¿Qué tipo de proyecto le pediría y en dónde?
Seguramente aquel proyecto que no he hecho jamás y que a muchos arquitectos nos da vergüenza decirlo: Un rascacielos. Me encantaría. Sin duda alguna me volvería del revés. Y ¿En dónde me gustaría un rascacielos? Sin duda alguna: En Madrid. El día que yo tenga, si tengo la suerte de poder hacer un rascacielos, y pudiese hacerlo en esta ciudad, estaría tremendamente feliz.
COMPLEJO ECO-VIVIENDA, ESTUDIO TOUZA ARQUITECTOS
El conjunto residencial de 15 viviendas eco-sostenibles en Rivas Vaciamadrid (Madrid) es una propuesta que utiliza materiales de última generación, el uso del color como significante, y especialmente, “estrategias energéticas” de sostenibilidad y protección medioambiental como el uso de paneles fotovoltaicos para captación de energía solar, la instalación de praderas autóctonas de bajo consumo hídrico o la plantación de especies arbóreas acordes con el entorno y el medio natural conlindante.
El resultado son unas viviendas funcionales y sostenibles que suponen aproximadamente un 75% de ahorro en la factura energética respecto a la vivienda convencional y la cobertura de cerca de un 65% del consumo de energía final con energías renovables, fotovoltaica y microcogeneración.